domingo, 6 de abril de 2014

Luna.

Si quieres subimos a casa, salvamos el mundo,
 y nos decimos lo importante sin hablar.
 Si quieres, cortamos la calle y en sólo un segundo le arranco el pasado al sofá. Si quieres, pasamos el día rodando en la alfombra. 
Y aquí, cuando se hace de noche y me falta tu cuerpo. 
Y mis dedos, preguntan: ¿dónde te has metido? Y el parque echa a temblar,
mi cama empieza a sudar y mis labios empiezan a saborear
cada lunar que hace lugar en tu cuerpo.
¿Sabes?
He visto a la luna sonreír, y he creído que era tu sonrisa.
 Este lugar me hace sentir la necesidad de que estés junto a mi. 
Sé que este sitio no es especial y que no puede haber nada que me recuerde a ti. Pero es que, no sales de mi cabeza. 
No puedo dejar de pensar en otra cosa que no seas tú. 
Estoy loco o más bien me estás volviendo loco.
 Tal vez no tenga cura, y sinceramente no quiero saberla.
 Vente aquí y hacemos este lugar nuestro. 
Solo tengo algo claro, que no importa donde esté o lo que este haciendo.
 Esta luna siempre será igual que la tuya.

1 comentario:

Haciendo planes dijo...

No sabes las sonrisas que he echado al mundo en tu honor, la cantidad de mariposas que se pasean por mi estómago con sólo pensarte, no sabes la de vueltas que he podido dar en la cama mientras leía una y otra vez ese mensaje o escuchaba esos audios, no tienes ni idea de la de veces que nos he imaginado juntos, a ti y a mi, la de veces que he adornado momentos con tu presencia. Pero lo que si sabes más bien porque es imposible no notarmelo es que no soy capaz de mirarte a los ojos más de 5 segundos, que cuando estás completamente pendiente de mi no me salen las palabras, que me tiembla la voz.
¿Por qué? Porque me gustas, me gustas mucho. Pero por una razón desconocida, por una razón que nadie entiende ni entenderá, sólo estoy locamente enamorada de ti. Pero bueno, yo de momento me conformo con el roce de tu ropa al pasar por mi lado, con el tacto de tus dedos sobre mi piel, con sentir tu olor mezclado con el viento, con verte sonreír, verte a mi lado que es donde mejor te queda. Y es que aunque no te lo creas estoy siempre pensando en ti, a cada segundo.
Yo tampoco olvidaré el día de hoy, ese hombre aparecio para hacernos ver que sí es posible querernos una vida entera, quizá era lo que necesitabamos escuchar, el destino hizo que estuvieramos ahí a esa hora en ese sitio y que él viniera a abrirnos los ojos. Ese empujón no has venido bien a los dos para reflexionar sobre nuestros errores, y tenemos que aceptarnos así tal como somos y respetarnos y ayudarnos como él bien lo dice.
Vamos a darle el gusto a este señor y que dentro de 10 años sigamos igual, ¿qué te parece?